lunes, 30 de marzo de 2009

EVA CASTRO ARQUITECTA



Eva Castro Iraola, un nombre que conviene retener. Junto a su compañero del Plasmastudio, el alemán Holger Kehne, esta joven arquitecta venezolana hoy afincada en Londres promete y mucho en lo que a urbanismo y arquitectura de vanguardia se refiere. Castro y Kehne participan en el proyecto multinacional del hotel Puerta América, en Madrid. Estos dos jovencísimos talentos forman parte del dream team de arquitectos que están diseñando el que sin duda será, a partir de mayo de 2005, el hotel estrella de la cadena Silken junto a figuras consagradas de la arquitectura contemporánea internacional como Norman Foster, Jean Nouvel, John Pawson o Zaha Hadid, entre otros.

Eva Castro (Argentina, 1969) estudió arquitectura y urbanismo en la Universidad Central de Venezuela (1888-1894) y se graduó en diseño en la Asociación Arquitectónica de Londres (1994-1996). Antes de asociarse con Holger Kehne para fundar el Estudio Plasma en 1999, trabajó para el Chora Institute of Urbanism y en Ocean. En 2002 obtuvo el premio YAYA (Young Architect of the Year Award) en el que concursan proyectos de arquitectos con menos de 35 años, aunque no necesariamente noveles.

Hasta el momento su estudio se ha identificado por el carácter innovador de todos sus proyectos, entre los que destacan la calle de Minerva, la Casa de Circo, la Casa del Músico, el número 186 de Camden High Street o el número 136 de Old Street, todos en Londres (Inglaterra); la rehabilitación de la Performing Arts Academy de Salzburg (Austria) y el Ozeaneum, el aquarium y el German Oceanographic Museum en Stralsund (Alemania).

Su inmersión en el diseño de hoteles de vanguardia se inició con el hotel Cristall de Sesto (Italia), un cuatro estrellas aún en construcción, perfectamente integrado en el paisaje rocoso de los Dolomitas. Su estructura resulta delirante: una planta elevada en varios estratos que van tomando altura formando una línea serpenteante y una fachada envolvente de cristal, que ofrecerá unas vistas caleidoscópicas de la montañas circundantes desde el lobby, el restaurante y la totalidad de las habitaciones del alojamiento.

El poder socializador de la arquitectura
Castro apuesta por un modelo arquitectónico que enfatiza la capacidad tridimensional del espacio mediante el uso libre de la geometría y de la luz. Como resultado, muchos de sus proyectos desafían la ley de la gravedad, pero sólo en apariencia, pues otra de las características fundamentales de sus obras es su intención cognoscitiva, su deseo de ser arquitecturas útiles que se comprendan racionalmente, por muy inusuales que resulten en el primer impacto visual.
Sus diseños pretenden alejarse de cualquier estereotipo. Impregnados de una estética futurista muy a la moda, responden en cambio a las necesidades de un ahora muy concreto, a un modo de vida rabiosamente actual. Por ejemplo, la falta de espacio edificable en ciudades como Londres obliga a reconstruir espacios preexistentes más que a levantar nuevas construcciones. En las remodelaciones emprendidas por Plasma Studio en estudios de artistas londinenses, esa limitación se suple con un derroche de imaginación trasgresor y sumamente atractivo. Paredes que son unas veces armarios, y otras espejos, escaleras o ventanas y que añaden un factor sorpresa a la cotidianidad.

Por otro lado, esos rediseños delatan una obsesión por contextualizar la esfera de lo privado en la res pública. De ahí el uso de tabiques de cristal en lugar de otros materiales opacos para facilitar la interacción social. Nada de estar dentro o estar fuera, sino simplemente estar. Que ya es bastante…