miércoles, 1 de abril de 2009

ARQUITECTURA DE PAISAJE

La arquitectura es también diálogo con la naturaleza. Ante la degradación del medio ambiente, producida por la urbanización, industrialización y densidad, entre otros fenómenos asociados al desarrollo de las grandes metrópolis que caracterizan a las sociedades modernas, la preservación del paisaje es cada vez más necesaria e incluso más ligada a la práctica de la arquitectura.

Al volverse sedentario, el hombre comenzó a apropiarse del espacio. Fue después de adquirir esta nueva condición, que confeccionó la vivienda y los caminos. Para ese momento ya se había dado cuenta que podía aprovechar los beneficios que ofrecía la naturaleza y comenzó también a transformar el paisaje. La gran variedad de plantas que abundan en el planeta condujo al hombre a utilizarlas y manipularlas, dando lugar, aunque sea de manera incipiente, a la arquitectura del paisaje.

El paisajismo ha sido en México, aunque no siempre como disciplina profesional, toda una tradición. Baste recordar la importancia que tuvieron las plazas, jardines y espacios públicos en el México prehispánico, que se utilizaban para realizar actividades de mercadeo, recreo y convivencia, o bien para la oración y consagración.
Cuando llegaron los europeos a las tierras de nuestro continente estudiaron las posibilidades de algunas especies vegetales que resultaban desconocidas para ellos. Misioneros y descubridores se extasiaron contemplando la variedades de plantas del nuevo mundo.

La arquitectura del paisaje ofrece alternativas de bienestar y la oportunidad de crear intervenciones en los espacios más recónditos e inusuales. Su escala de actuación en la creación y recreación del espacio y su disfrute va desde los parques regionales de grandes extensiones, las alamedas y jardines públicos, hasta el microespacio remanente de nuestros territorios cotidianos, patios, azoteas y cubos de luz, ya sea en la casa habitación o el recinto laboral.
Es un hecho que el paisaje nos brinda una lección cuando revisamos todos los elementos que lo componen: extensión, sonido, movimiento, efecto de entrada y de salida, pero también cuando entendemos que la naturaleza es objeto de conocimiento y de expresión estética. El célebre arquitecto Luis Barragán, por ejemplo, mostró creciente preocupación por adaptar las formas de la arquitectura contemporánea a los espacios paisajísticos.

En la actualidad es indispensable realizar una proyección adecuada del paisaje que contribuya a disminuir los efectos negativos que inciden sobre el medio ambiente. Por ello, es cada vez más frecuente y conveniente la intervención de profesionales en paisajismo y ecología que trabajen de manera conjunta con arquitectos y urbanistas.
El paisaje exterior forma, en gran medida, nuestros paisajes interiores. Para todos, las áreas verdes terminan siendo una necesidad, no sólo física sino también intelectual y hasta espiritual. Con el fin de mejorar la calidad de vida humana, la arquitectura del paisaje busca alcanzar la armonización de la obra arquitectónica con la naturaleza y su contexto social.

Tradicionalmente se ha definido a la arquitectura del paisaje como el arte de transformar y organizar los elementos físicos naturales para el disfrute del hombre. Esta idea se ha traducido históricamente en la creación de parques, plazas, jardines, etc. Hoy día, sin embrago, se tiende a integrar la arquitectura del paisaje en la concepción urbanística general, con objeto de estructurar unitariamente los espacios abiertos de las ciudades. Pero no sólo ello, el paisaje en espacios cerrados implica también, como lo afirmó Le Corbusier, la capacidad de rodearnos de emoción poética.

De esta forma, la arquitectura del paisaje ofrece alternativas de bienestar y la oportunidad de crear intervenciones en los espacios más recónditos e inusuales. Su escala de actuación en la creación y recreación del espacio y su disfrute va desde los parques regionales de grandes extensiones, las alamedas y jardines públicos, hasta el microespacio remanente de nuestros territorios cotidianos, patios, azoteas y cubos de luz, ya sea en la casa habitación o el recinto laboral.
El paisaje exterior forma, en gran medida, nuestros paisajes interiores. Para todos, las áreas verdes terminan siendo una necesidad, no sólo física sino también intelectual y hasta espiritual. Con el fin de mejorar la calidad de vida humana, la arquitectura del paisaje busca alcanzar la armonización de la obra arquitectónica con la naturaleza y su contexto social.

Aunque todavía difusa, la arquitectura del paisaje que se ha empezado a practicar en México concibe ya metáforas y paraísos que nos cobijan y regocijan. Si consideramos que la carrera de arquitectura del paisaje fue instituida en Estados Unidos a finales del siglo XIX, y en Inglaterra a principios del XX, y que en nuestro país el estudio del paisaje surgió por primera vez a nivel de especialidad en 1983 y de licenciatura en 1985, nos percataremos que recién se está considerando al paisaje con una nueva perspectiva.

Por otra parte, no es difícil vislumbrar también que los diseños paisajísticos representan una oportunidad en nuestro país, por la enorme riqueza natural del territorio mexicano. Existen amplias posibilidades de que a través de nuestras plantas originarias, que requieren condiciones mínimas de mantenimiento, el diseño mismo favorezca su preservación. Adicionalmente, la diversidad de climas que existen en el vasto territorio mexicano, permite un abanico de ecosistemas entre desiertos, trópicos, bosques, selvas, etcétera.
En la medida que nuestros arquitectos de paisaje conciban que desde la naturaleza se rescata el diseño y desde el diseño a la naturaleza, será la medida en que se logre el éxito.
Txt: Elizabeth Barragán

martes, 31 de marzo de 2009

Se les prende el foco... ahorrador.

Darán a México millones por eliminar lámparas incandescentes.
Hasta 15 millones de hogares en el País podrán obtener de manera gratuita focos ahorradores de energía al entregar los incandescentes usados; esto, gracias a un programa que prepara el Gobierno federal.
Unas 710 millones de lámparas serán sustituidas y dejarán de emitir 35 millones de toneladas de bióxido de carbono en cuatro años.
Con ello, según cifras del Fideicomiso para el Ahorro de la Energía Eléctrica (FIDE), los países desarrollados pagarían al Gobierno, vía bonos de carbono, 315 millones de euros a precios actuales por la reducción de contaminantes.
El proyecto sería uno de los primeros en el mundo en ser registrado ante el Mecanismo para un Desarrollo Limpio de la ONU.
México utiliza 270 millones de focos incandescentes al año, y la meta es sustituir 75% de estos, mientras que en la Unión Europea se aprobó en diciembre del año pasado una iniciativa para reemplazar la totalidad de ese tipo de lámparas por ahorradoras entre 2009 y 2012.
Javier Ortega, gerente de Programas Piloto en el FIDE, informó que el esquema se enfocaría en usuarios de bajos recursos.
"Se trata de incentivar el cambio financiando este gasto inicial, que resultará en un ahorro de hasta 75% de su gasto en energía", dijo.
Las reglas del programa de intercambio de focos están siendo elaboradas por la Secretaría de Energía.
Por su parte, Greenpeace México inició en enero una campaña que busca también sustituir los focos incandescentes.
A la fecha, han convencido a locatarios de mercados públicos del DF, Guadalajara, Monterrey, Puebla, León, Cuernavaca y Chihuahua de poner lámparas ahorradoras.
Opción luminosa

Comparativo entre un foco normal y uno ahorrador de energía:
Precio Vida útil Kilowatts/ hora al año Emisiones de CO2 al año

Incandescente $5 1,000 hrs. 75.6 61.6 kg
Ahorrador $35 8,000 hrs. 25.2 15.4 kg


Fuente: REFORMA con información del FIDE

lunes, 30 de marzo de 2009

EVA CASTRO ARQUITECTA



Eva Castro Iraola, un nombre que conviene retener. Junto a su compañero del Plasmastudio, el alemán Holger Kehne, esta joven arquitecta venezolana hoy afincada en Londres promete y mucho en lo que a urbanismo y arquitectura de vanguardia se refiere. Castro y Kehne participan en el proyecto multinacional del hotel Puerta América, en Madrid. Estos dos jovencísimos talentos forman parte del dream team de arquitectos que están diseñando el que sin duda será, a partir de mayo de 2005, el hotel estrella de la cadena Silken junto a figuras consagradas de la arquitectura contemporánea internacional como Norman Foster, Jean Nouvel, John Pawson o Zaha Hadid, entre otros.

Eva Castro (Argentina, 1969) estudió arquitectura y urbanismo en la Universidad Central de Venezuela (1888-1894) y se graduó en diseño en la Asociación Arquitectónica de Londres (1994-1996). Antes de asociarse con Holger Kehne para fundar el Estudio Plasma en 1999, trabajó para el Chora Institute of Urbanism y en Ocean. En 2002 obtuvo el premio YAYA (Young Architect of the Year Award) en el que concursan proyectos de arquitectos con menos de 35 años, aunque no necesariamente noveles.

Hasta el momento su estudio se ha identificado por el carácter innovador de todos sus proyectos, entre los que destacan la calle de Minerva, la Casa de Circo, la Casa del Músico, el número 186 de Camden High Street o el número 136 de Old Street, todos en Londres (Inglaterra); la rehabilitación de la Performing Arts Academy de Salzburg (Austria) y el Ozeaneum, el aquarium y el German Oceanographic Museum en Stralsund (Alemania).

Su inmersión en el diseño de hoteles de vanguardia se inició con el hotel Cristall de Sesto (Italia), un cuatro estrellas aún en construcción, perfectamente integrado en el paisaje rocoso de los Dolomitas. Su estructura resulta delirante: una planta elevada en varios estratos que van tomando altura formando una línea serpenteante y una fachada envolvente de cristal, que ofrecerá unas vistas caleidoscópicas de la montañas circundantes desde el lobby, el restaurante y la totalidad de las habitaciones del alojamiento.

El poder socializador de la arquitectura
Castro apuesta por un modelo arquitectónico que enfatiza la capacidad tridimensional del espacio mediante el uso libre de la geometría y de la luz. Como resultado, muchos de sus proyectos desafían la ley de la gravedad, pero sólo en apariencia, pues otra de las características fundamentales de sus obras es su intención cognoscitiva, su deseo de ser arquitecturas útiles que se comprendan racionalmente, por muy inusuales que resulten en el primer impacto visual.
Sus diseños pretenden alejarse de cualquier estereotipo. Impregnados de una estética futurista muy a la moda, responden en cambio a las necesidades de un ahora muy concreto, a un modo de vida rabiosamente actual. Por ejemplo, la falta de espacio edificable en ciudades como Londres obliga a reconstruir espacios preexistentes más que a levantar nuevas construcciones. En las remodelaciones emprendidas por Plasma Studio en estudios de artistas londinenses, esa limitación se suple con un derroche de imaginación trasgresor y sumamente atractivo. Paredes que son unas veces armarios, y otras espejos, escaleras o ventanas y que añaden un factor sorpresa a la cotidianidad.

Por otro lado, esos rediseños delatan una obsesión por contextualizar la esfera de lo privado en la res pública. De ahí el uso de tabiques de cristal en lugar de otros materiales opacos para facilitar la interacción social. Nada de estar dentro o estar fuera, sino simplemente estar. Que ya es bastante…